miércoles, 11 de febrero de 2015

La no movida madrileña

Algo extraño pasaba en el ambiente musical de la España de los 80´s como muchos sabréis ya. Quizás ahora mismo estaréis pensando en la Movida Madrileña cuya música es considerada lo más innovador que hemos hecho nunca. Permítanme romper un poco este mito extendido en nuestros libros de historia advirtiendo antes que me limito solo a un plano creativo, sin analizar en profundidad el aspecto político.

Para empezar habría que poner nuestra mirada en lo que ocurría en Europa en esa época, en la cual se consolidó el uso de sintetizadores, se desarrolló la tecnología MIDI, se inventó la caja de ritmo, etc. Con estos avances electrónicos y con la herencia de los 70´s, era de esperar que una nueva corriente musical explotara, a la cual llamaremos “New wave” de forma muy global. La generación de los 80´s estaba ante el sonido del futuro con bandas como Kraftwerk, Joy Division, Talking Heads, The Cure Throbbing Gristle o David Bowie. En España no llegaron noticias apenas hasta que la dictadura terminó, que fue cuando entonces nuestra juventud se vio saturada de nueva información. Surgió una profunda admiración e imitación hacia la New wave y el glam rock. Nuestros medios necesitaban además demostrar al mundo que habíamos abierto la mente, pero sin enfadar tampoco demasiado a los militares. Fue entonces cuando se apoyó al sector más moderado de la cultura “alternativa”, con bandas a la cabeza como Alaska y los Pegamoides o Parálisis Permanente. Cuando hablo de moderado me gusta mirar a zonas como en el País Vasco, en el que el Punk de compromiso político estaba a la orden del día o Cataluña, Madrid y Valencia en la cual hubo un alto grado de experimentación casi a ciegas con la tecnología pre-MIDI antes de terminar el régimen de Franco.

Por lo tanto podríamos afirmar que a nivel creativo hubo una ceguera social digna de José Saramago por culpa de la tensión política en la que nos encontrábamos. Quizás no te suenen nombres como Esplendor Geométrico, Javier Hernando, Macromassa, New Buildings o sellos independientes como “Auxilio de cientos”, “Klamm records” o “Geometrik”. Ellos llegaron a caminos que nunca se habían pisado antes en la electrónica y tuvieron un alto grado de reconocimiento a nivel internacional, tanto que hoy en día comprar una maqueta de esta música nos puede costar unos 80 euros de media e incluso nos podemos sorprender echando un vistazo en museos como el Reina Sofía con colecciones como la del ZAJ o el archivo del Sonm. Por suerte hoy en día con las nuevas tecnologías se está rescatando a esta generación rechazada en la historia y con las reediciones de sellos discográficos como Doméstica o Munster podemos acceder fácilmente a esta música. Para terminar este artículo me gustaría dar un agradecimiento a todos aquellos arqueólogos de blogger que han hecho que no se olviden a estos pequeños héroes.

GiraudAM

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